Me llamo Miguel tengo 18 años, hace un par de semanas que los cumpli. Lleve una vida muy feliz junto a mi familia, mis padres me adoran y siempre me esforcé por ser un buen hijo para que ellos se sintieran siempre orgullosos de mi. Desde muy pequeño quise ser como mi padre, un hombre fuerte, seguro de sà mismo y sobre todo amoroso y protector con su familia, yo veÃa como él adoraba a mi madre y desde siempre me inculcó buenos valores los cuales siempre he querido mantener para poder ser un poquito como el.
Esa vida feliz que menciono solo era feliz en mi hogar, no entiendo porque pero no me paso igual en mi vida fuera de ella, en mi escuela desde muy chico mis compañeros se burlaban de mi solo por el hecho de haber llorado en mis primeros dÃas, yo habÃa visto a otros niños llorar pero a mi me lo recordaron por mucho tiempo, desde los 5 años hasta los 7 . No tenÃa muchos amigos ya que para colmo no era bueno jugando a la pelota, cada vez que agarraba el balón se me iba o simplemente me la quitaban rápido y eso ocasionaba que cada vez que jugaban partido y elegÃan a los integrantes de cada equipo yo era el último en ser escogido y en algunas ocasiones simplemente me dejaban sentado mirando el juego, porque preferÃan tener uno menos que tenerme a mà en el equipo.
Habia dias en las que la pasaba solo sentado en el patio mirando a los demás jugar ya que nadie querÃa hacerlo conmigo, cuando me acercaba a un grupo me decÃan que me fuera o que olÃa feo y que todo apestaba por mi culpa y me iba corriendo al baño para revisarme y olerme y lloraba porque no entendÃa como ellos podÃan oler algo asà cuando realmente no habÃa nada malo conmigo. Yo trataba de esforzarme en mis tareas para que mis padres esten orgullosos de mà y para demostrarles a los chicos del salon que era inteligente pero lo unico que conseguia era que me despreciaran mas porque les ganaba en notas y decÃan que los trabajos no los habÃa hecho yo, incluso un dia me quede todo un fin de semana haciendo una maqueta y el dia lunes que la lleve uno de los chicos me la rompio y me dijo "seguro va a llorar" .
A Pesar de todas esas cosas nunca les dije a mis padres lo que me estaba ocurriendo, no querÃa preocuparlos además pensaba que ellos no merecÃan saber la verdad sobre su hijo ya que si supieran como me trataban ellos también se avergonzarian de mi.
Cuando entre a 4to año de primaria llegó una niña nueva, era muy bonita yo quede sorprendido por su carita de angel y sus rulitos. Era la primera vez que sentÃa algo asi en mi pecho, cada vez que la miraba o que llegaba al salón me ponÃa muy nervioso.
Ella se llamaba Mariana y lo mas gracioso de todo era que las niñas la dejaban de lado porque decÃan que una nueva no podÃa ser de su grupo y los niños no le prestaban mucha atención ya que solo se dedicaban a molestarme.
Uno de esos dÃas Mariana se me acerco a preguntarme si podÃa hacer la tarea conmigo y yo me quede helado, no sabia que decirle, bueno si sabia pero no me salÃan las palabras, ella me dio una sonrisa y me dijo que si eso era un si; y yo solo con la cabeza asentà y desde ese dia los dos andábamos de arriba para abajo. Ella llegó para darme la seguridad que necesitaba, ya no me importaba si no me elegÃan para un partido de fútbol, o si nadie querÃa hablarme ya que ella me acompañaba en el recreo y nos sentabamos a conversar de las cosas que nos gustaba hacer y de lo que nos gustarÃa llegar a ser de grandes.
Mariana querÃa ser actriz, querÃa trabajar en las novelas que su mamá veÃa por televisión y la verdad es que era una niña muy linda y yo creÃa que sà podÃa serlo en el futuro. Yo querÃa ser abogado para poder defender a otros asà como yo querÃa que me hubieran defendido a mi en estos últimos años en el colegio. Durante ese año escolar hacÃamos trabajos juntos, iba a su casa hacer tareas y ella algunas veces venÃa también, todo ese años fue el mejor que pude haber pasado con ella.
Cuando llegó el siguiente año hubieron algunos cambios de salon y a ella la cambiaron a otra sección, eso fue un duro golpe para mi, ya que no tenÃa con quien sentarme en clases, además que ya no podrÃamos hacer las tareas juntos, ella tendrÃa que hacerlas con otros compañeros. Mariana al darse cuenta del cambio de salon me dijo que no me preocupara porque aún tenÃamos el recreo para poder estar juntos y que ahora tendrÃamos más cosas de las cuales conversar, ella me contarÃa cómo estuvo su clase y yo le contarÃa cómo estuvo la mÃa.
Toda esa mitad de año fue tal cual como Mariana habÃa dicho, a pesar de no estar juntos en el salón de clase, los recreos se convirtieron en la hora más deseada por mi porque sabia que ella estaria ahi; a veces yo iba a buscarla a su salón y otras veces ella venÃa al mio. La otra mitad del año ella enfermó un poco y falto al colegio varias semanas, yo iba a su casa a visitarla pero sus papás no me dejaban verla, hasta que por fin después de un tiempo se recupero y volvio a ir a la escuela, pero sentÃa que algo habÃa cambiado en su forma de ser conmigo, la sentÃa un poco distante.
Asà acabó ese año escolar Mariana y yo hablábamos pero no como al principio y en esas vacaciones de verano ella viajó con sus padres y no regresó hasta el mes de Marzo nuevamente para las clases. Ese primer dÃa para mi iba a ser el mejor, ya que después de casi 3 meses la volverÃa a ver, la espere en el patio del colegio exactamente a 3 metros de la puerta de entrada para que apenas la viera pudiera ir a saludarla y darle la bienvenida.
El tiempo pasaba y todos los alumnos ingresaban menos ella hasta que al final entró por la puerta y esa fue una imagen que aun no puedo sacarme de la cabeza.
Ella entró más linda de lo que yo podÃa recordar lo único extraño fue que la vi un poco ojerosa y un poco más delgada, pero no le tome importancia y la salude, ella al verme me abrazo con todas sus fuerzas y me dijo que me habÃa extrañado mucho y que no veÃa las horas para poder verme de nuevo. Mi corazon latio muchisimo mas fuerte que antes y no querÃa que ese instante acabara, luego ella sacó de su mochila y me regaló un anillo.
Era un anillo muy bonito, me dijo que era un regalo muy especial ya que tenÃan la figura de un ave impreso en él, y me dijo que las aves cuando encuentran a su otra mitad siempre vuelan juntas y que los dos éramos como esas aves y mientras tengamos esos anillos estarÃamos juntos pasara lo que pasara. Yo no sabia que decirle, bueno si sabia pero no podÃa expresarlo; ella sin esperar que yo diga algo me agarró la mano y me lo puso en mi dedo.
Ese era nuestro ultimo año de primaria y no sabÃamos si estudiariamos juntos en la secundaria, eso era algo que nos daba un poco de miedo a los dos , para este punto los chicos del salon ya no me molestaban tanto, es más me habÃa hecho amigo de dos de ellos hasta podrÃa decirse que fueron mis mejores amigos de la promoción. Un dia uno de ellos me dijo que si Mariana y yo eramos novios, a lo cual yo no supe qué decir porque si bien es cierto desde que la conocà hemos estado juntos , nunca le habÃa dicho algo de ser novios ademas nunca nos habiamos besado ni nada de esas cosas y fue en ese momento que caà en cuenta que realmente estaba enamorado de ella.
Mi otro amigo me dijo que porque no le decÃa lo que sentÃa a Mariana ya que ese era el último año de colegio y que después nos irÃamos a colegios diferentes. Después de esa conversación con mis amigos apareció en mi un sentimiento que no habÃa tenido nunca, la duda de que ella sintiera lo mismo por mi. Cuando estaba en mi habitación me puse a pensar en todas las cosas que habÃamos pasado juntos y lo importante que ella se habÃa convertido para mà a pesar de nuestra corta edad, pero ¿si yo estaba confundiendo las cosas y lo que ella sentÃa por mi era solo una amistad?.
Eso fue algo que me atormento en los siguientes meses, cada vez que estabamos juntos queria expresarle mis sentimientos y decirle que me gustaba y que querÃa que fuera mi novia, pero si antes no me salÃa decirle gracias por el anillo que me habÃa regalado, peor ahora decirle lo que estaba sintiendo por ella. Lamentablemente nunca encontré la oportunidad para hacerlo, a pesar de las muchas oportunidades siempre me quedaba callado y nos las aprovechaba.
Asà llegó el final del año y tenÃamos una fiesta de despedida y debÃamos ir en parejas, algo muy sencillo porque eramos niños, yo querÃa invitarla a ir conmigo, habÃa planeado que en la fiesta le dirÃa lo que sentÃa por ella. Esa mañana después de la clase tediosa de matemáticas salà a su salon para buscarla como siempre pero esta vez le dirÃa " Mariana ¿quieres ser mi pareja de promo? " . Toda esa noche habÃa practicado frente al espejo cómo decirlo asi que esta vez estaba muy seguro de mi pero me lleve una gran sorpresa nada agradable, vi a Mariana que estaba en la puerta de su salón hablando con uno de los chicos más populares del colegio y él le dio un beso en los labios.
Sentà como en ese preciso momento mi corazón se hacÃa añicos al ver esa escena, simplemente salà corriendo y me encerré en el baño, me puse a llorar y al pensar que todo lo que habÃa imaginado sobre nosotros no era más que ilusiones, todo lo que habÃamos vivido juntos en este tiempo era solo amistad por parte de ella, era lógico que eso pasara porque yo no era de los populares del salón y ya para esta edad las chicas estaban empezando a ver a los chicos como posibles novios y algunos de ellos ya no estaban molestandolas o jalándoles el cabello o tirándoles cosas, sino que que también estaban empezando a verlas como chicas con quien salir.
Sonó el timbre de fin de recreo y me demore un poco más para no tener que ver a Mariana, cuando estaba en el salón una de las chicas se me acercó y me pregunto si yo tenÃa pareja para la fiesta, yo le dije que aun no tenia y ella me miro se sonrio y me dijo genial ya tienes pareja, soy yo. El nombre de esta chica era Eugenia, ella habÃa estado en mi salón desde jardÃn 5 y pues nunca le habÃa prestado atención, nunca habÃamos hablado más que un par de veces en todo este tiempo de estudios, pero era una chica un poco mandona y algo sacada de la realidad ya que se creÃa mejor que el resto asà que no entendÃa como ella me estaba escogiendo como pareja de promo.
A Partir de ese dia trate de evitar a Mariana, llegaba temprano al colegio y me metia al baño y de igual manera cuando estaba cerca el recreo pedÃa permiso y me iba al baño, simplemente no querÃa verla, me daba vergüenza y a la vez cólera, porque sentÃa que habÃa perdido mucho tiempo sin decirle lo que sentÃa y además sabÃa que no podrÃa aguantar verla con ese chico en el recreo por esa razón preferÃa quedarme encerrado en el baño del colegio.
En si solo faltaban 2 semanas para el fin del año y encima la ultima semana solo rendiamos los exámenes y nos Ãbamos a nuestras casas, asà que fue muy sencillo no verla. Al fin llego el dia de la fiesta, yo llegue con Eugenia al local que habÃa alquilado el colegio el cual quedaba muy cerca a mi casa. Todos los chicos estaban bailando asà que me puse a bailar con Eugenia hasta que de pronto vi que llegó Mariana, nuevamente mi corazon latio muy fuerte, lo que mas me sorprendio fue que llegó sola, yo no entendÃa que podÃa estar pasando, ¿dónde estaba Renato? En un instante su mirada se encontró con la mÃa y rápidamente voltee y seguà bailando.
No pasaron ni 15 segundos y Mariana tocó mi hombro seguido de eso agarro mi mano y me sacó de la pista de baile llevándome a un costado donde no habÃa mucha bulla, ella me miro y me reclamo el porque de mi comportamiento, de mi alejamiento hacia ella, yo no querÃa preguntarle lo obvio, yo sabia que ella estaba con Renato y me daba vergüenza decirle que me habÃa enojado por eso porque en verdad no tenia ningun derecho de hacerlo, asi que solo le dije que simplemente no querÃa molestarla con mis tonterÃas y que me disculpara.
Ella me miro y me dijo que se habÃa sentido muy desconcertada con la manera en la que yo habÃa evitado estar con ella en estas últimas semanas de clase, que ella me extraño mucho y que deseaba contarme algo muy importante para ella. Obviamente yo sabÃa que ella me dirÃa que estaba saliendo con Renato asi que le dije que no era necesario que me contara que yo lo sabÃa todo porque lo habÃa visto con mis propios ojos. Mariana me miró muy sorprendida y me dijo que no entendÃa lo que yo estaba hablando, a lo cual le conteste que no era necesario que me ocultara la verdad. Esta vez Mariana puso cara de muy enojada y me pregunto ¿qué cosa era lo que sabÃa?.
Yo muy incomodo le dije que sabÃa sobre lo de ella y Renato que yo vi como se habÃan besado y baje la mirada, Mariana se rió y me dijo que era un tonto, que si vi eso porque no vi lo que pasó después, me dijo que él le dio un beso porque estaba jugando a verdad o reto y le retaron besarla pero ella le dio un golpe porque la beso sin su consentimiento y que fue corriendo a buscarme para contarme lo sucedido y yo nunca apareci. Yo me quedé sorprendido por lo que ella me contaba, no podÃa creer que habÃa desperdiciado tanto tiempo sin verla todo por que pense que ella estaba con Renato.
Mariana me dijo que ella deseaba venir conmigo a la fiesta pero nunca aparecà y hubieron dos chicos que la invitaron pero ella no aceptó y se puso muy triste porque se enteró que yo ya tenia pareja y que vendrÃa con Eugenia, pero que decidió venir porque querÃa decirme algo que era muy importante para ella. Yo seguÃa sin saber que decir, Mariana me agarro la mano y vio que yo aun tenia el anillo que ella me habÃa regalado y me dijo que el próximo año viajarÃa fuera del paÃs porque estaba sintiéndose un poco mal y querÃan hacerles unos estudios en el extranjero. Yo me preocupe mucho, no sabia que se habÃa estado sintiendo tan mal como para que se vaya del paÃs.
Ella continuó hablando y me dijo que estaba un poco asustada porque sentÃa que se cansaba muy rápido y sus papás querÃan estar seguros de que no sea nada grave y que la única persona que le hacÃa sentir bien y que le hacÃa olvidar todo eso era yo, que me habÃa vuelto muy importante para ella, ya que desde muy pequeña se habÃa sentido igual debil y cansada pero que cuando me conoció nunca más se habÃa vuelto a sentir asà y que solamente ocurrió eso de nuevo cuando nos cambiaron de salon porque ella pensaba que yo conseguirÃa a otros amigos con quien hablar y que la dejarÃa de lado, fue por eso que quiso ser fuerte por ella misma y que decidió apartarme de su vida pero al hacer eso nuevamente recayó.
Mariana me agarro la otra mano y me miró a los ojos y me dijo " No se porque pero cuando estamos juntos siento que estoy bien y que nada malo puede pasarme " . Era increÃble lo que me decÃa, yo siempre pensé que la que me salvo de mi miseria fue ella y que me ayudo a mi a salir adelante y que yo me habÃa vuelto fuerte por ella, jamás imaginé que yo pudiera generarle esa fuerza a alguien. Por primera vez yo tome la iniciativa le agarre el rostro limpie la lágrimas que brotaban de sus ojos y le dije.- " Tu eres mi fuerza y asà como las aves de nuestros anillos quisiera que volemos juntos por siempre" . Ella me abrazo y el mundo a nuestro alrededor desapareció, solo eramos los dos dándonos fuerzas para continuar.
Después de esa noche fui todos los dÃas a su casa para visitarla, pasamos prácticamente todo el dia juntos, almorzabamos, veiamos peliculas, jugábamos cartas, mi papá nos llevaba al cine en fin esos últimos dÃas de diciembre fueron inolvidables para mi, fue todo tan especial que los padres de Mariana invitaron a mi familia a pasar la navidad juntos. Hubo risas, muchas fotos, regalos en fin la mejor navidad que pude haber pasado.
Lamentablemente el tiempo pasó y llegó el momento que menos querÃa, era 3 de enero y ese dia Mariana se irÃa de viaje para su tratamiento, en ese momento ni ella ni yo sabÃamos de lo que se trataba sólo tenÃamos la esperanza de que todo estarÃa bien y que en algunos meses podrÃa regresar para poder estar juntos de nuevo. Ese dÃa en el aeropuerto Mariana no dejaba de llorar y yo tambien, no queria que se fuera, a pesar de que me dijo que yo era su fuerza yo sentÃa que ella era mi fuerza, ambos nos abrazamos y ella me prometió que se pondrÃa bien pronto para poder estar juntos y que esperaba que cuando eso ocurra le diga para que sea su novia, después de eso me dio un beso en la frente y se fue.
Después de ese dia empezamos a llamarnos diariamente para saber cómo le iba y para que sepa las cosas que yo estaba haciendo, esa rutina fue asà por los siguientes meses, yo empece nuevamente clases en un nuevo colegio, gente nueva pero ninguno de ellos me importaba mucho ya que solo querÃa que Mariana estuviera pronto de regreso. El tiempo siguió pasando y luego de casi 7 meses las sospechas se confirmaron, Mariana tenÃa una enfermedad muy extraña en la sangre lo cual hacÃa que se cansara mucho. El dia que me conto lo que el medico le habia dicho yo llore mucho, no podÃa entender cómo le podÃa estar pasando algo asi a ella.
Nuevamente llegaba el final de año y Mariana se le escuchaba más débil cada vez, yo estaba muy asustado, tanto asà que le pedà a mi papá que me llevara donde estaba Mariana porque en mi cabeza estaban las palabras que ella me habÃa dicho hacÃa un año atrás. " No se porque pero cuando estamos juntos siento que estoy bien y que nada malo puede pasarme" Agradezco a mi padre por no negarse a mi pedido, asà que viajamos y fui a visitarla, ella se encontraba en el hospital estaba desde hace unos dÃas inconsciente, su cuadro de salud habÃa decaÃdo.
Yo estuve a su lado por más de 1 mes, los medicos decian que solo un milagro podÃa lograr que se recuperará, no podÃa entender como el destino podÃa ser asà de cruel, justo cuando viaje para verla, ella entró en ese cuadro casi de un coma. Los padres de Mariana estaban muy tristes yo no le soltaba la mano y le hablaba y le decÃa que ella deberÃa despertarse que yo la estaba esperando pero no ocurrÃa nada.
Con mucha tristeza el tiempo que podÃamos estar en ese paÃs habÃa terminado y tuvimos que regresar, si yo hubiera sido mayor de edad me hubiera quedado con ella hasta que despertara. Gracias a Dios a las pocas semanas Mariana volvió a despertar, lo primero que hizo fue llamarme y las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, tenÃa tanto miedo de que muriera que escucharla de nuevo fue el mejor regalo que la vida pudo darme.
Asà pasaron no solamente los meses, pasaron muchos años, habÃa temporadas en las que se ponÃa bien y otras mal, desde que se fue no hubo un dia en el que no habláramos, siempre dandole ánimos y fuerzas, no podÃa entender cómo ella se habÃa vuelto tan esencial para mi, yo solo querÃa verla nuevamente bien. Me basta con decir que termine la secundaria, aunque hubo muchas chicas que quisieron algo conmigo, yo jamás deposité mi mirada en alguna de ellas, Mariana era para mi la única mujer que habÃa querido y que siempre amaré.
HabÃan pasado 6 años desde que Mariana empezó su tratamiento, yo habÃa ingresado a la universidad, mi padre me regaló un auto, cada año querÃa viajar para ver a Mariana pero ella nunca más quiso que fuera a verla, porque querÃa que yo la viera bien y no en una cama de hospital. A Pesar de que yo no estaba de acuerdo con eso acepté porque era algo que ella me habÃa pedido y yo muy pero muy en el fondo sabÃa que ella se recuperaria y estarÃamos juntos de nuevo.
Una noche ella llamo a mi casa más temprano de lo acostumbrado, yo conteste y me dijo que me tenia una sorpresa, que saliera a la puerta de mi casa, mi corazón nuevamente latio muy fuerte y sin pensarlo dos veces salà y la vi ahà de pie frente a mi puerta, Mariana tan linda como la primera vez que la vi, no aún más linda que aquella vez porque ahora ya era una joven y no una niña pero que seguÃa emanando luz. Ella me sonrió y levantó su mano para enseñarme su anillo y yo levanté la mÃa y le enseñé el mÃo, en 6 años nunca me lo habÃa sacado, ella corrió hacia mÃ, me abrazó y me dijo " los médicos dicen que estoy curada y todo gracias a ti ".
Yo no hice nada le dije, a lo que ella me respondió, sigues siendo igual que antes no entiendes tu valor, tu has sido mi fuerza en estos 6 años, nadie hizo lo que tu por mi, fuiste a verme cuando estuve en coma, me llamaste todos los dÃas, no has llevado una vida normal solo por mi y eso me demuestra cuanto significo para ti, cada una de esas cosas sumaron para que yo pudiera vencer esta terrible enfermedad pero ahora estoy aquà para que puedas cumplir con tu promesa.
Yo la mire y le dije que ella siempre fue mi motivo para despertarme cada dia, ya que ella era lo que estaba en mi mente las 24 horas y me único objetivo era que pudieras estar bien y que al menos escuchando mi voz y contandote lo que yo hacia tu podrÃas sentirte aquà a pesar de que estuvieras lejos, porque la distancia no se mide por el espacio que mantiene alejado a las personas, sino se mide por el amor que se tiene el uno por el otro. Mariana me gustaria cumplir mi promesa pero en un lugar muy especial, ¿vamos?
Ella aceptó, yo desde hacÃa 6 años habÃa planeado decirle lo que sentÃa en aquel lugar donde fue la fiesta de promoción, el cual estaba frente al mar en un local muy distinguido, yo querÃa que todo fuera perfecto. Saque el auto y subimos para dirigirnos hacia allÃ.
El local no estaba muy lejos de casa pero no se si yo estaba muy nervioso por ver de nuevo a Mariana pero se me hizo muy largo el camino, esa noche apenas salà de casa empezó a llover muy fuerte, era una lluvia muy poco común en la ciudad pero nada impedirÃa que le diga lo que siento en ese lugar especial.
Yo no estaba muy acostumbrado a manejar con ese tipo de lluvia y en vez de disminuir la velocidad seguà manejando igual, total ya estaba a 3 cuadras del club, justo cuando estábamos apunto de llegar apareció delante de nosotros un auto a toda velocidad, yo trate de hacer una maniobra para evitarlo pero la pista asà de mojada hizo que la maniobra fuera inútil y de pronto todo fue confusión, el auto nos golpeó y salimos volando, yo solo recuerdo ver a Mariana agarrando mi mano y sentia como los vidrios entraban por mi cara y manos luego de eso no recuerdo mas.
Cuando desperté estaba en la cama de un hospital, tenÃa cortes en la cara y en mis muñecas, pero estaba estable, mis padres estaban conmigo, inmediatamente les pregunte por Mariana, ellos simplemente se pusieron a llorar, eso no me daba buena espina, nuevamente les pregunte por Mariana, mi padre se acercó y me dijo " lo siento hijo, ella murió en el accidente" , yo me quede completamente destruido, no podÃa creer lo que mi padre estaba diciendo, ¿cómo era posible que Mariana haya muerto? no, no podÃa ser verdad, deberÃa tratarse de una pesadilla, ¿Mariana donde estas? , necesito verla, le grite a mi padre, tratando de levantarme de la cama , impotente ante tal noticia, mi padre me sujetó y me dijo que no hiciera una tonterÃa.
Simplemente di un fuerte grito de dolor que se pudo escuchar por todo el hospital, y luego de eso me puse a llorar, yo habÃa matado a Mariana, yo le habÃa quitado la vida, era un reverendo imbécil, ella luchó tanto por su vida por 6 años para que yo se la quitara en 6 minutos, soy un desgraciado, nunca debà manejar en la lluvia, no debà hacerlo, ¿porque , porque lo hice entonces? ¿porque tuvo que pasar esto? nunca pude decirle que la amaba, que yo hubiera dado la vida por ella. Yo la maté, yo, que estupido ¿porque no le dije eso ahà ?¿porque tuve que decirle para ir en el auto?.
Tuvieron que sedarme para que pudiera tranquilizarme. Llego el dia del velorio y el entierro, yo no me atrevà a ir, no podÃa soportar verla en un cajón, por mi culpa, ella luchó tanto por su vida y yo se la arrebate, yo no valgo nada, nada tiene sentido ya si en ella. yo debà haber muerto y no ella, ¿porque sigo vivo? no merezco estarlo, ese pensamiento estuve en mi mente por más de 2 largos meses, mis padres estaba destruidos por verme asÃ, yo no querÃa comer, no querÃa salir de mi habitación, solo lloraba e imaginaba que hablaba con Mariana y en cada una de esas conversaciones yo le pedÃa perdón y le decÃa cuánto la amaba.
9 Años atrás conocà a Mariana, mi chica especial, la única que me daba fuerzas para seguir, ella le dio sentido a mi vida, con cada uno de sus detalles se metió en mi corazón, siempre fue clara y directa conmigo, luchó por su vida y yo se la arrebate, de que le sirvió batallar contra su enfermedad, yo arranque de esta vida a la mujer que más he amado, nada tiene sentido. Veo nuestra foto de la época del colegio, le doy un beso a la foto, esta vida sin ella no tiene sentido, yo no merezco vivir, no asÃ, no con esta culpa.
Agarró la correa de uno de mis pantalones y la amarró al marco de la ventana de la puerta que está entre mi cuarto y mi baño, se que mis padres estarán muy tristes, por lo que estoy por hacer pero no puedo seguir, quise ser como mi padre y proteger a la mujer que ama y no lo conseguÃ, soy débil, cobarde, lo se pero todo eso acaba aquÃ, voy a encontrarme con Mariana y le pediré perdón y si ella no quiere perdonarme lo aceptaré y mi infelicidad será para siempre. Adiós , me subo a una silla, mis ojos se llenan de lágrimas, todo queda en silencio, pateó la silla y la correa empieza a apretar mi cuello, siento como poco a poco el aire empieza a irse, como mi cuerpo lucha por oxÃgeno pero ya todo está hecho no hay nada más que pueda hacer, más que esperar la muerte tal como espere a Mariana.
De pronto cuando el oxÃgeno está apunto de irse de mi cuerpo, veo muy borroso a un hombre desconocido entrar corriendo y poniéndose debajo de mi, el me carga evitando mi objetivo. "No lo hagas Miguel, tengo un mensaje de Mariana, no debes morir, por favor despierta, despierta "
( continuará )