En cada etapa de la vida siempre hay momentos en los cuales necesitamos a un mejor amigo que nos acompañe y nos fortalezca cuando más lo necesitamos, algunas veces queremos que esté ahà para poder hacer cosas juntos como jugar, correr, ver televisión, escuchar música y muchas cosas más que nos haga sentir felices al contar con su compañÃa. Al compartir todos esos momentos hace que esos lazos se vayan entrelazando mucho más. En algunas ocasiones un mejor amigo se le conoce en el barrio, en el colegio o en el entorno donde nos encontremos y lo mejor de todo que ese mejor amigo es que se queda en tu vida para siempre asà no este todo el tiempo contigo.
Si nosotros sentimos tantas cosas por un mejor amigo que conocemos porque tienen cosas en común y porque estuvieron contigo en el mismo lugar, en el momento exacto, en la hora correcta para que se pueda entrelazar esos lazos imagÃnense ahora cuando ese alguien se hace tu mejor amigo porque eres todo lo que él tiene. Suena un poco extraño pero a mi me paso y me imagino que a todos ustedes en algún momento les debe haber pasado y espero que puedan reflexionar sobre esto al final de leer este pequeño post.
Recuerdo como conocà a mi mejor amigo, yo tenia 10 años y era una tarde nublada y hacÃa un poco de frÃo, estaba a pocos dÃas de la navidad y mi abuelita me llevó a la casa de una amiga de sus clases de costura, recuerdo que yo no querÃa salir ese dÃa porque a pesar de que ya estábamos en verano el clima en ese año en particular aun se sentÃa frio. Al final de tanta insistencia de mi abuelita fui hasta la casa de esa señora sin imaginar que esa visita cambiaria mi vida.
Entre a esa casa que para mi en especial no me gustaba porque la veÃa muy grande y oscura, no habÃa mucha luz en la sala y peor que estaba nublado todo lo veÃa mas oscuro, recuerdo que me senté a esperar que mi abuelita hablara con su amiga pero lo que yo pensaba que serÃa una visita aburrida cambió cuando mi abuelita me dijo que entrara a la otra habitación que tenÃa una sorpresa para mi. Yo muy curioso fui a ver de qué se trataba y fue cuando vi echado sobre la cama a un pequeño gatito color blanco con manchas marrones y orejas grandes dormido con su cuerpo enrollado imagino que el también sentÃa frio como lo estaba sintiendo yo.
No entendÃa bien porque me estaban enseñando a ese gatito, hasta que mi abuelita me dijo que era un regalo adelantado por navidad y mi cumpleaños, yo no termine de escuchar y corrà a cargar al gatito el cual abrió sus ojos sorprendido porque unas manos extrañas lo estaban cargando y sacando de su estado de confort, saco sus garras tratando de detenerme y volver a la cama donde estaba calentito pero yo tenia mas fuerzas que el asà que lo puse en mi pecho y le empecé hacer cariño y poco a poco guardó sus garritas y se quedó dormido nuevamente.
Luego de unos minutos llego el momento de irnos y llevarnos al gatito, la gata que era la mama del gatito al parecer presentÃa que lo alejarÃa de su hijo y empezó a llorarme y a sobarse en mi pierna, entendà el mensaje y baje al gatito, me dio mucha pena ver como la gata se llevaba a su hijo en el hocico debajo de la cama tratando de ocultarlo de mi, lamentablemente ese esfuerzo fue en vano ya que la señora metió la mano debajo de la cama y lo saco muy a pesar de que la gata se resistÃa.
Recuerdo que volvà a cargar al gatito y me senté en el piso y la gata volvió acercarse a mi para quitarme a su hijo pero esta vez agarre a la gata y aunque al comienzo no se dejaba tocar, al final termino aceptando mis caricias sobre su cabeza, le di al gatito el cual estaba aferrado a sus garritas a mi, mire a la gata y le dije " cuidare bien de tu hijito " y aunque parezca mentira la gata entendió porque esta vez solo lamio la cabeza del pequeño y me lamio la mano a mi y se fue al cuarto con los demás gatitos.
Me dio mucha pena saber que al final iban a regalar a todos los gatitos y que aquella mama gato se quedarÃa en pocos dÃas sin ninguno de ellos. Cuando llegue a casa mi abuelita me pregunto como se llamarÃa el gatito, no lo habÃa pensado pero solo me tomo un par de minutos para poder elegirlo, desde ahora en adelante lo llamarÃa " Tom ".
Desde ese dÃa tuve a mi lado a un buen compañero de juegos, Tom era muy juguetón, le gustaba perseguir ramitas, hilos, hasta el reflejo del sol en el espejo, cuando se cansaba se me subÃa encima y se acostaba en mis piernas y le gustaba hacerme con sus garritas pequeños masajes y asà se quedaba dormido.
El tiempo fue pasando y Tom empezaba a crecer, ya no solo jugaba como siempre sino que habÃa descubierto que podÃa atrapar mariposas y comérselas, yo trataba de quitárselas pero era mas rápido que yo, pero habÃa algo que lo asustaba mucho, no entendÃa yo muy bien el porque pero cada vez que sonaba una bolsa plástica Tom dejaba lo que estuviera haciendo y se escondÃa debajo de la mesa. Poco a poco Tom descubrÃa nuevas habilidades, como subir las escaleras, saltar tan alto para alcanzar la mesa de un solo salto, subirse al techo de la casa y observar la calle, hasta como trepar arboles que tenia en mi jardÃn.
Una tarde salimos con mi abuelita a colgar ropa que ella habÃa lavado y encontramos todo el patio lleno de plumas de paloma, no entendÃamos que habÃa pasado hasta que las plumas nos llevaron a la casa de Tom, ahà encontramos solo las patitas de la paloma y al ya no tan pequeño Tom con las pruebas del delito. Desde ese dÃa ninguna paloma o ave de cualquier tipo podÃa pararse en el jardÃn porque era victima de mi pequeño león.
Tom nos sorprendió con sus habilidades de cazador, no se le escapaba ni mariposas, palomas, cucarachas, ratones, todos los cazaba con mucha destreza, lo único que respetaba eran unos pequeños peces que yo habÃa comprado en el colegio. El pequeño Tom dejo de ser pequeño en poco tiempo, rápidamente se convirtió en un gato grande, su pelaje blanco con manchas marrones y su cola con rayas blancas y marrones que imponÃa respeto.
Y como todo gato ya en plena juventud empezó a explorar mas allá del techo y de la casa, poco a poco empezaba a irse a otros techos hasta que una noche se fue a la calle, con mi abuelita y mi mama estábamos preocupados pero felizmente Tom regreso a las 2 horas, esas horas fueron horribles para mi , pensé que no volverÃa a ver a mi gato pero felizmente regreso, apenas me vio bajo y se me trepo y lo abrace muy fuerte y le dije que no se fuera que me habÃa preocupado mucho.
Lamentablemente una vez que Tom probo que podÃa irse a la calle y que no le habÃa pasado nada malo, empezó hacerlo todos los dÃas pero esperaba que yo me durmiera para irse, ya que el se paraba en mi ventana a verme que me durmiera para el irse. Una de esas noches me desperté en la madrugada para ir al baño y me di con la sorpresa que no estaba en su casita, asà que poco a poco tuve que acostumbrarme de que Tom tenia una vida nocturna.
A pesar de ya no ser un gato pequeño, Tom seguÃa jugando conmigo los fines de semana cuando no iba al colegio, en los dÃas que tenia que ir a clases ósea de lunes a viernes, Tom llegaba de la calle y se paraba en mi ventana para verme despertar, luego iba al primer piso y se sentaba al pie de la escalera a esperar que yo bajara para tomar desayuno, yo lo cargaba le hacia cariño y luego me iba al colegio, mi abuelita me contaba que cuando era casi la hora de que yo regresara del colegio, Tom se acercaba a la puerta y esa era la señal de que yo estaba llegando, mi abuelita se sorprendÃa por la lealtad del gatito hacia mi.
Yo llegaba y le hacia cariño y me acompañaba almorzar luego se iba a dormir. De esa manera transcurrieron casi 5 años en esa rutina, Tom se iba en la noche, regresaba y se ponÃa en mi ventana, luego en la escalera y luego cuando yo regresaba lo encontraba en la puerta esperando por mi llegada. Ilusamente pensé que asà seria siempre, incluso yo habÃa sacado la cuenta de que Tom estarÃa conmigo cuando cumpliera 20, 25 años lamentablemente una noche como de costumbre se paro en mi ventana espero que me durmiera y se fue, no sabia que esa noche seria la ultima vez que lo verÃa.
Al dÃa siguiente desperté y habÃa un gran vacÃo en la ventana, no entendÃa que estaba pasando, salà de mi cuarto porque pensé que Tom podrÃa estar en las escaleras pero tampoco estaba ahÃ, mi corazón se estremeció, sentà una gran angustia como aquella primera noche en la que Tom se fue de la casa, salà al patio fui a su casa y no estaba allÃ, salà a la calle y tampoco, pregunte a los señores vigilantes y me dijeron que lo habÃan visto salir en la madrugada pero que no lo habÃan visto regresar.
Esa mañana me fui al colegio con una angustia muy grande, aunque teniendo la esperanza de que cuando regresara del colegio, Tom estuviera en la puerta esperando por mi pero lamentablemente no estaba allÃ. Me sentà muy triste porque Tom me acompaño durante casi 5 años, desde que yo tenia 10 hasta cuando cumplà 15, navidades, cumpleaños, momentos tristes, momentos felices, me habÃa acostumbrado a su olor, a su ronroneo cuando lo cargaba y le hacia cariño debajo de sus orejitas, en el cuello. Ya no habrÃa mas tardes de juegos, nadie estarÃa en la ventana esperando que durmiera ni tampoco lo verÃa al despertar.
Paso una semana entera aguardando en mi corazón la esperanza de que pudiera regresar y nunca lo hizo, mi abuelita me dijo que era probable que haya tenido crÃas y se haya quedado en aquella casa cuidando a sus hijitos que pensara que Tom estaba feliz. Por mas que querÃa imaginarme ese escenario yo lloraba porque sabia que algo malo le habÃa pasado a mi Tom algo que el no pudo superar a pesar de su agilidad y habilidad, yo sabia que si el pudiera hubiera venido al menos una vez mas para poder despedirme, lamentablemente nunca lo hizo y no supe que paso con el.
Años mas tarde cuando ya tenia 22 años mi abuelita me confeso que aquella primera mañana en la que me di cuenta de que Tom no estaba y que con mucha angustia me fui al colegio, Tom regreso a la casa mas o menos a las 9 am , mi Tom estaba muy golpeado al parecer habÃa tenido una pelea y llego casi moribundo, entro y se acostó sobre un polo mÃo que era donde siempre dormÃa porque tenia mi olor, dice mi abuelita que Tom la miro y no paso ni 1 minuto y Tom murió. No le dio tiempo a mi abuelita de llevarlo al veterinario ni nada.
Al enterarme de eso 7 años después de aquel dÃa mis lagrimas volvieron a caer sobre mis mejillas al saber que Tom si regreso a casa solo que en su estado no pudo llegar mas rápido y lamentablemente no pudo llegar a tiempo para verme y despedirse de mi, eso es lealtad y amor sincero, jamás imagine que encontrarÃa en ese gatito pequeño que vi aquella tarde a un gran amigo y compañero que estuvo conmigo en mis mas locos juegos de niño y luego en mi primera etapa de adolescente, siempre ahà a mi lado.
Hoy a mis 35 años escribiendo sobre Tom se me estruja el corazón al recordarlo y se que donde quiera que este estará siempre en mi corazón porque un amigo de verdad nunca se olvida aunque pase una vida, Tom se merece que lo recuerde siempre ya que el nunca se olvido de mi aunque estuviera muriendo, solo descanso cuando llego a casa y aunque no pude verlo siempre estará en mi mente todos aquellos buenos momentos junto a el.