HabÃan pasado unos dÃas desde mi encuentro con el obispo y de la decisión que habÃa tomado de poder salir a una misión de regla, estaba muy emocionado por haber tenido ese tipo de respuesta pero a la vez muy nervioso porque habÃan muchas cosas que debÃa de hacer previo a que pudiera ser un misionero. A pesar de tener 24 años aun habÃan muchas cosas que me causaban temor. Uno era el miedo de dejar a mis abuelos solos sin saber si después de 2 años podrÃa encontrarlos con vida. Otro miedo que tenia era el de dejar todo y estar con personas desconocidas y mi mayor miedo en ese momento era todo el tema medico, ya que para poder salir a una misión debes enviar una serie de documentos médicos donde tenia que hacerme desde un examen de tórax hasta revisión de dientes y vacunas y yo la verdad a mis 24 años habÃa logrado pasar mi vida sin necesidad de inyecciones o de cosas complicadas medicas y tener que hacer todas esas cosas para poder enviar esos papeles a la iglesia me daba miedo y a la vez pereza, pero habÃa decidido hacerlo y estaba dispuesto a continuar.
Justo para esas semanas de marzo mi amigo Manuel habia regresado de una mision y el estaba con todas las pilas puestas y con el deseo de que yo pudiera salir tambien para poder vivir esa experiencia maravillosa que el habia terminado de experimentar y que el deseaba que yo experimente. Siendo muy honesto y si el lee este post pues querÃa aprovechar para agradecerle que fue por el empujón anÃmico que me dio y su testimonio con fe acerca de lo que estaba preparándome para hacer qué me ánimo a continuar y dejar el miedo de lado y simplemente decir "Vamos con todo menos con miedo"
Las siguientes mañanas Manuel venia a mi casa para poder acompañarme a la posta para ver el tema de las vacunas, la prueba de tuberculosis, los exámenes de tórax y demás cosas que hasta ahora no se como las hice a pesar del miedo enorme de que tenia que me pongan inyecciones pero al final tuve que hacerlo. Por esas fechas se estaba jugando el mundial de Sudáfrica por el mes de junio, lo recuerdo muy bien porque a penas empezó el mundial habÃa logrado concluir todos los requisitos que se me habÃan pedido y mis papeles y con todo listo fue enviado a Utah a la espera de que lo revisen y puedan devolverme los documentos con la respuesta de a donde y cuando saldrÃa a predicar, eso me ponÃa muy nervioso y ansioso pero al menos ver los partidos del mundial hicieron que mis dÃas se puedan pasar más rápido.
Asà paso el tiempo, era la primera semana de agosto, yo habÃa continuado estudiando en el Icpna y habÃa estado realizando cachuelos de limpieza en algunos edificios de la zona, ya que a pesar de que contaba con los ingresos que bien que mal mi mamá habÃa dejado tras su muerte y la jubilación de mi abuelo era una entrada segura junto con el alquiler de los cuartos. Pero yo necesitaba tener mi propio dinero para algunos gastos personales y sobre todo para sentir de que en realidad podÃa aportar algo en mi casa y que no todo lo recibia de mi mamá que a pesar de ya no estar con nosotros nos seguÃa ayudando de esa manera.
Sábado 7 de Agosto estaba yéndome al Iru para mis clases de religión junto con Javier que es otro de mis grandes amigos, estábamos en el micro casi por llegar a la avenida Venezuela, cuando de pronto nos llamo el Obispo y me dice que mis papeles misionales habÃan llegado y que los estaban enviando desde la estaca hacia el obispo. Escuchar que mis papeles habÃan regresado fue un sentimiento de "wauu" después de tantas cosas que habÃa pasado en mi vida, el tema de ir a la misión era como una asignatura pendiente y no podÃa creer que ya estuvieran llegando a salamanca, le conté a mi amigo Javier lo que el obispo me acababa de decir y me dio mucha risa su reacción. Me dijo "bajemos del micro" y sin pensarlo dos veces ya nos habÃamos bajado y estábamos subiendo a un taxi rumbo a la capilla en salamanca
Ese dÃa los hombres y mujeres jóvenes tenÃan una mutual mixta, osea una actividad donde los chicos y chicas de 12 a 17 años se reúnen para una pequeña clase sobre el evangelio y luego se hacen juegos. Yo en ese tiempo era lÃder de los hombres jóvenes y por ende tenia mucha confianza con los chicos y las chicas y cuando ellos se enteraron que ya habÃa llegado mi paquete misional quisieron estar presentes al momento de que yo lo abriera. La verdad no se cuanto tiempo estuve en el taxi pero estaba tan emocionado que el tiempo se me hizo eterno entre regresar de la avenida Venezuela hasta salamanca mientras yo pensaba donde me enviarÃan de misionero.
Al fin pude llegar a la capilla y justo en ese momento el obispo también llego de la victoria con mi sobre de llamamiento y me lo entrego y me dijo vamos a un salón con los chicos para que lo abras, yo estaba tan emocionado que acepte asà que nos reunimos en un salón y los chicos entraron y empezaron a querer adivinar donde me enviarian de misión. Yo escuchaba que algunos décian "Bolivia" otros decÃan "Argentina" otros decÃan "Perú" uno más osado dijo " Estados Unidos", yo para ese momento ya querÃa saberlo asà que después de unos minutos se hizo la reunión con un himno, oración y luego el gran momento, abrir mi paquete y poder leer lo que decÃa.
No me acuerdo literal como decÃa, ya han pasado 14 años desde aquel dÃa pero era algo asÃ. " Estimado Elder Coronado usted ha sido llamado para poder servir al señor en una misión de regla al ser hayado digno de poder representar a Jesucristo, usted se preparará para predicar el Evangelio en el idioma español, usted irá a la misión "Colombia Bogotá Sur "... Yo la verdad no habÃa imaginado que me enviarian para Colombia, yo siendo muy honesto habÃa sentido que me enviarian a Chile pero el señor sabÃa muy bien y mejor que yo cual serÃa el lugar correcto donde deberÃa estar.
Seguà leyendo y decÃa que debÃa prepararme para poder estar en el centro ce capacitación misional el 06 se octubre del 2010, eso era en casi 2 meses más, no lo podÃa creer.
Todos los chicos me felicitaron, mi amigo Javier también muy emocionado por mi llamamiento, ahora debÃa prepararme para poder estar listo para en dos meses viajar para mi misión en Colombia. Pero no todo era felicidad ya que en todo este tiempo de preparación cometà un error que hasta ahora no me puedo perdonar y es que desde el momento que tuve mi sueño y que hable con el obispo y que empecé a realizar mis examenes médicos y que envié mis papeles y encima de que llego mi llamamiento, yo no le habÃa dicho nada a mi abuelita sobre mi decisión y todo lo que correspondÃan al tema de salir a una mision. Se que suena muy extraño pero hasta ahora no me explico como no le dije nada. Ahora el problema más grande venÃa ya que debÃa decirle a mi abuelita que habÃa decidido ir a una misión y peor aun que me irÃa en 2 meses para Colombia para regresar en 2 años. No sabÃa como lo tomarÃa y que sucederÃa cuando lo sepa, si se pondrÃa mal o si se molestarÃa conmigo, realmente en ese momento me di cuenta que habÃa cometido un gran error en no haberle dicho nada y no sabÃa como decirle. Realmente estaba muy nervioso por lo que ocurrirÃa cuando se lo dijera.