Luego de mucho tiempo de pasar por momentos muy tristes e inesperados en mi vida, al fin habÃan venido momentos de paz y tranquilidad, pude alquilar los cuartos para poder tener dinero para ayudar a mantener a mis abuelos y habÃa empezado a estudiar en el ICPNA y por allà algún trabajo esporádico que conseguÃa para tener algo de dinero en el bolsillo. Mis abuelos estaban ya un poco mas tranquilos, mi abuela siempre mas preocupada que mi abuelo pensaba que seria de mi, que podrÃa hacer ella para sacarme adelante ya que ella querÃa que hiciera mi vida como un joven de mi edad y que no deberÃa de cuidar a dos personas mayores. Yo por el contrario solo querÃa que ellos estuvieran bien y que no les faltara nada sobre todo que no se sintieran solos ya que de una o de otra manera yo tenia que salir para estudiar o para trabajar asà que tenia esa preocupación, a pesar de que mis amigos a los cuales les habÃa alquilado los cuartos algunas veces los acompañaban.
Muchas personas debo reconocer que me ayudaron mucho no solo en lo anÃmico sino también con acciones y consejos para que yo pudiera hacer siempre las cosas correctas. Como lo mencione en historias pasadas yo pertenezco a la Iglesia de Jesucristo De los Santos de los Últimos dÃas y para los jóvenes de 18 a 25 años es un mandamiento el salir a predicar el Evangelio a cualquier parte del mundo por un lapso de 2 años en los varones y de 1 año y media para las mujeres, en el caso de ellas es opcional, si la joven desea puede salir a una misión y si no desea no va.
Yo en ese momento ya tenia 24 años para cumplir 25 a finales del año y aun no habÃa salido a una misión, por diferentes motivos los cuales seria muy largo explicar y nos desviarÃa del tema principal de este post. Entonces muchas personas de la Iglesia empezaron hablarme que deberÃa ir a una misión, que deberÃa aprovechar ya que aun estaba en la edad y que aun no estaba en un trabajo estable y no tenia un estudio mas que el ingles, por otro lado habÃa personas de la misma Iglesia que me decÃan que mi misión era quedarme en casa para cuidar a mis abuelos entonces vino en mi una confusión de pensamientos, ideas, reflexiones de mi vida hasta ese momento y realmente me sentÃa muy nervioso de mi futuro además ya las cosas que yo decidiera a partir de ese momento no solo afectarÃa mi vida sino también la de mis abuelos los cuales ya tenÃan 85 y 86 respectivamente.
Para los que no tienen idea cuales son las reglas de una misión pues era que debÃa irme de mi casa por 2 años, durante ese tiempo solo podÃa escribirle por correo electrónico o correo de carta a mi abuelita una vez por semana y solo podÃa llamarla por teléfono 2 veces al año, 1 en el dÃa de la madre y la otra en navidad, luego de eso tenia que estar enfocado en las responsabilidades que como misionero iba a tener. Entonces se me hacia muy pero muy complicado hacer eso ya que en cualquier momento ellos podrÃan enfermarse y podrÃa ocurrirles algo y yo no estarÃa presente además también pensaba en que de pronto me iba y no sabia si cuando regresara ellos iban a estar con vida, fueron momentos muy difÃciles para mi aunque trataba de disimular delante de todos.
Esos meses me atormentaba todos los dÃas, imaginaba cuando me iba al ICPNA que era como si me estuviera yendo a una misión y que ese era la ultima vez que los verÃa en 2 años y se me hacia un nudo en la garganta, pero ustedes se preguntaran porque si todo eso me atormentaba porque lo pensaba tanto o porque le daba vueltas al asunto pero a pesar de todo el miedo que eso me generaba yo deseaba ir a una misión, ese fue mi deseo desde muy pequeño el poder salir con mi placa, mi camisa, mi corbata , mi maletÃn a predicar el Evangelio.
Recuerdo que ya tenia un mes y medio en el ICPNA y me sentÃa bastante cómodo con las nuevas amistades que habÃa formado, estaba nuevamente sintiendo que mi vida estaba nuevamente estable en lo temporal, pero muy dentro de mi carcomÃa dÃa con dÃa el deseo de salir de misión. Algo maravilloso que nos enseñan en la Iglesia es que siempre debemos orar y eso es algo que también aprendà en mi hogar asà que todos los dÃas oraba preguntando al Padre que es lo que yo realmente deberÃa hacer. Cada mañana y cada noche oraba y hacia la misma pregunta pero no sentÃa que mi oración fuera contestada pero aun asà no me desanime a pesar que veÃa que el tiempo pasaba y si cumplÃa los 25 ya no podrÃa salir a predicar el Evangelio.
Era ya comienzos de marzo, un mes complicado en recuerdos porque seria el primer cumpleaños de mi mama no estando conmigo y eso me ponÃa muy sentimental y hacia que mi deseo de quedarme y no irme de casa se hacia mas fuerte y pensé que de pronto esa seria la respuesta que estaba recibiendo y que lo mejor era que me quedara en casa.
Esa misma noche tuve un sueño extraño, lo único que recuerdo del sueño fue que deberÃa apuntar en un papel lo siguiente " viernes al medio dÃa en plaza vea de salamanca " La verdad no se como fue que lo hice pero a la mañana siguiente debajo de mi almohada, al costado de mi celular habÃa un papel escrito con mi puño y letra aquel mensaje extraño.
Le comente el hecho a mi amigo Antonio y el me dijo que fuera que no perdÃa nada ya que desde que mi mama habÃa fallecido habÃa tenido ciertos sueños extraños en los cuales a veces me enseñaban lugares y personas que yo no habÃa conocido pero que realmente existieron además de cosas personales de amigos cercanos, asà que lo mejor era hacerle caso a ese sueño tan extraño. Lo mas gracioso de todo es que ahora ni siquiera recuerdo el contexto de aquel sueño y mucho menos haberme levantado de la cama a buscar lapicero y papel para escribir esa nota.
Mi curiosidad iba en aumento con cada dÃa que pasaba ya que mi sueño fue un martes y deberÃa esperar hasta el viernes para saber que sorpresa me traerÃa ir ese dÃa en ese lugar y a esa hora exacta. Esa semana recuerdo muy bien que fue una semana muy atareada ya que justo fue la semana que me tocaba trabajar asà que mi mente estaba centrada en el viernes.
Yo en esa época limpiaba las escaleras y los pisos de unos departamentos y mientras escuchaba música de mi mp3 pensaba si ese sueño realmente era una respuesta y tenia mucho miedo de lo que esa respuesta podrÃa tener o a quien me encontrarÃa en ese lugar.
Al fin llego el viernes, se me hizo una semana eterna parecÃa navidad cuando estaba pequeño y me despertaba super temprano ansioso por encontrar los regalos en el árbol navideño, de igual forma ese viernes me desperté a las 8 am tome desayuno y me puse a ver televisión esperando que den las 12 . Al fin llego las 11 y media y me cambie y salà rápido para plaza vea. Llegue antes de las 12 estuve mirando a los alrededores a ver si veÃa a alguien conocido o si de pronto encontraba otra pista o si simplemente fue un sueño sin importancia el cual me jugarÃa una mala pasada, tan solo 5 minutos mas para saber la verdad.
Dieron las 12 y 5 y no habÃa nadie, no pasaba absolutamente nada muy decepcionado esta apunto de irme cuando de pronto tocaron el claxon de un auto, para mi sorpresa se trataba del obispo de mi Iglesia, el cual tenia una pequeña combi y estaba yendo a pagar al Interbank que estaba en plaza vea. El obispo me dijo que estaba pensando llamarme para hablar conmigo pero que ya que me encontró me pidió que lo esperara para conversar.
Asà lo espere mientras el pagaba y hablábamos del mundial que ya faltaba poco para que empezara. Cuando acabo de pagar salimos y subà a su auto y me conto que habÃa tenido la impresión de llamarme para poder hablar acerca de la misión, que el sentÃa que yo deberÃa ir antes de que acabara el año.
No podÃa creerlo esa era mi respuesta, le Conte al obispo lo que habÃa ocurrido el martes a Trávez de mi sueño y le enseñe la nota que habÃa escrito en la madrugada de aquel dÃa, el obispo me confeso que el no sabia porque habÃa ido a pagar a plaza vea ya que le quedaba mas cerca el banco por su casa, pero que ese dÃa en particular habÃa sentido ir a plaza vea.
Hablamos bastante y al final le dije al obispo que no demorarÃa mas y que empezarÃa con el proceso de documentario y medico para poder salir lo mas pronto posible.
Recuerdo que después de todo eso me sentà muy emocionado porque sentÃa que esa decisión era la correcta a pesar de que técnicamente dejarÃa a mis abuelos igual me sentÃa feliz y tranquilo con lo que habÃa decidido y aunque fue una respuesta muy extraña, no me cabÃa duda en mi corazón que esa era la respuesta que estuve esperando por mucho tiempo y que se me habÃa manifestado aquella noche en la cual pude escribir no se como la hora y fecha del lugar donde sin saberlo encontrarÃa al obispo y desde allà empezó un sin fin de experiencias nuevas que cambiarÃan mi vida.